Sucedió que un día, aparentemente como todos, paseando por aquella desierta playa, Cronom divisó a una joven que, por sus movimientos, parecía estar bailando sobre la orilla. Poco a poco, conforme se fue acercando, comprobó que se trataba de una muchacha que recogía las estrellas de mar que hallaba en la arena y que las devolvía al océano con gracia y ligereza.
- ¿Por qué hace eso? –preguntó el escritor un tanto intrigado.
- ¿ No se da usted cuenta? –replicó la joven-. Con este sol de verano, si las estrellas se quedan aquí, en la playa, se secarán y morirán.
El escritor, sonriendo, contestó:
Joven, existen miles de kilómetros de costa y centenares de miles de estrellas de mar. ¿Qué consigue con eso? Usted sólo devuelve unas pocas al océano.
La joven, tomando otra estrella en su mano y mirándola fijamente, dijo:
- Tal vez, pero para ésta ya he conseguido algo… –y la lanzó al mar. Al instante le dedicó una amplia sonrisa y siguió su camino.
Aquella noche el escritor no pudo dormir. Cuando llegó el alba, salió de su casa, buscó a la joven en la playa dorada, se reunió con ella y, sin decir palabra, comenzó a recoger estrellas y a devolverlas al mar.
“Cuentos
para aprender a aprender”
(José
María Doria)
Pues mira no se me habia ocurrido a mi esta cosa.
ResponderEliminarTio siempre me sorprendes: si, pertenezco a tu fiel club de fans Roberto.
Recoger, si, siempre, da igual que sean estrellas, pájaros o personas. Para que no se sequen y marchiten y queden varadas en las orillas. Dentro de tod@s siempre hay algo bueno que vale la pena rescatar.
ResponderEliminar¿De verdad tu crees que hay algo bueno dentro de tod@s?
Eliminar¿De verdad tu crees que hay algo bueno que vale la pena rescatar?
Jajajajajjajajajajjajajaja.....
¿o tal vez deba de ponerme a llorar?
Una mariposa nació,
Eliminarcon los millones de colores del mundo,
pero no tenia flor y es que nació en un jardín moribundo,
habitado por mariposas grises,
que especulaban con el polen de estambres,
Una solitaria flor,
en su camino encontró y en sus pétalos se posó,
La bella flor polinizó
y al tiempo el viento voló las semillas
y solitaria flor,
dejo de ser para tener amiguillas
Al otro lado del jardín,
traspasando el cerco de alambre,
otra mariposa ocurrió,
a que se amaran pistilos y estambres y allí se amó
Y muchas mariposas grises
cambiaron de color
tiñeron sus alas pintáronse de pasión,
pintándose bajo el sol
Aquella mariposa murió,
pero sus huellas no desaparecieron,
por contra el viento las llevó
a otros jardines lejanos y nacieron
en otros campos su color,
allá por donde nunca revolotearon,
matices en combinación
es el paisaje que construyeron con su acción.
Mariposa, mariposa...
EliminarAnonima... me tienes siguiendo tus dulces huellas...
Cualquier dia nos vemos devolviendo las estrellitas al mar:
Siento lo que tu sientes
porque añoro tu dulce sonrisa.
Y si lloras
Yo te espero sentado en la luz de la tarde.
Siento lo que tu sientes
porque sintiendo asi
solo te siento a ti.
Antes de nada quiero decir aqui que mucho ponerme podre pero por lo que veo hay mas gente que se siente fan de Roberto. Pedro: ¡enhorabuena!
ResponderEliminarEn cuanto a este cuento.
Si lo veo muy bonito. Pero es puramente irreal.
La maldad existe.
La violencia existe.
Y por mucho que intentemos unirnos, este mundo es una mierda. No se soluciona nada con tiritas.
Este es un cuento para aprender a aprender.
ResponderEliminarLeer con calma y detenimiento es algo bueno.
¡Soltad esas cuerdas!
Bos días!!
ResponderEliminarPrecioso relato!!
Muy de "abrir los ojos".
Me gusta muchísimo... y además, tengo que agradecer a Roberto el que lo haya compartido........
Gracias a este texto, he podido darme cuenta, ser consciente, de que he pasado gran parte de mi vida "recogiendo estrellitas de mar", que luego lucen secas y como material de decoración en algún lugar...
Es una metáfora, lógicamente, pero así es....
Biquiños atlánticamente agarimosos!!