Solo un perro no ladró y dijo a los otros con voz grave:
- No despertéis el sosiego de su sueño, ni atraigáis a la luna hacia la tierra con vuestros ladridos.
Entonces todos los perros cesaron de ladrar, creando un terrible silencio. Mas, el perro que les había hablado continuó ladrando pidiendo silencio durante el resto de la noche.
Khalil Gibran.
Bos días!!
ResponderEliminarReal como la vida misma!!
Auténticamente cierto!!
Este pensamiento de K. Gibran, sería conveniente tenerlo en algún lugar destacado de nuestro hogar... o tatuarlo...
En muchos sectores profesionales sería la definición perfecta... pero en el ámbito de los terapeutas, sanadores y bla, bla, bla............. sería la perfecta seña de identidad..........
Biquiños atlánticamente agarimosos!!