Caminos con/sin salida

Cuando las personas se sienten indefensas en un aspecto de su vida, no solo abandonan ese campo; a menudo interiorizan esa leccion y la aplican a otras situaciones. Se convencen de que un camino sin salida debe ser la prueba de que todos los caminos posibles son si salida. Un revés en el trabajo podría llevar a la dejadez en la relación de pareja, o una disputa con un amigo podría quitarnos las ganas de intentar formar vínculos con nuestros colegas, etc. Cuando eso ocurre, nuestra indefensión entra en una espiral que escapa a nuestro control, obstaculizando el éxito en todos los campos de la vida. Es la propia definición de pesimismo y depresión -un mapa de eventos con todos los caminos sin salida- y una condena al fracaso. No tenemos que ir tan lejos para ver ese ciclo negativo en una escala social más amplia: la indefensión aprendida es endémica en los colegios de las ciudades y en otros lugares. Cuando la gente no cree que haya un camino para ir hacia arriba, prácticamente no les queda otra opción que la de quedarse abajo.