Con Isabel Allende descubrimos que además de un método para escribir, hay otro para dejarlo. Eso también es disciplina.
"Cuando llego a mi despacho por la mañana, me preparo un té y cuando abro el computador para empezar a escribir, enciendo una vela. Una vela pequeña, ya la verás, está ahí en mi despacho. Cuando la vela se ha consumido, decido que es el momento de dejarlo. Dura unas seis o siete horas. Lo hago porque pienso que tengo que ponerme un límite, de lo contrario podría pasarme la vida escribiendo y no tendría marido, ni hijo, ni nietos, no tendría vida social, nada; estaría allí todo el día. Así que es un modo como cualquier otro de darme un plazo, hay quien usa un reloj de arena, yo uso una vela."
Isabel Allende.
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