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miércoles, 31 de agosto de 2011

"..."

«El mejor modo de venganza consiste en renunciar a pagar con la misma moneda».

Marco Aurelio.


martes, 30 de agosto de 2011

Dichosos...

Dichosos los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse.

Dichosos los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes.

Dichosos los que saben descansar y dormir sin buscar excusas; llegarán a ser sabios.

Dichosos los que saben escuchar y callar; todos los días aprenderán cosas nuevas.

Dichosos los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio; serán valorados por sus vecinos.

Dichosos los que están atentos a las urgencias de los demás, sin sentirse indispensables, serán permanentes fuentes de alegría.

Dichosos los que sepan mirar seriamente las cosas pequeñas y tranquilamente, las cosas importantes; llegarán lejos en esta vida.

Dichosos los que sepan apreciar una sonrisa y olvidar un desaire; su camino estará lleno de sol.

Dichosos los que sepan interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, aun con las apariencias; serán tomados por ingenuos, pero es el precio justo de la caridad.

Dichosos los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar; evitarán muchas tonterías.

Dichosos, sobre todo, los que sepan reconocer al Señor en todo lo que encuentran; lograrán la luz de la sabiduría.

Tomás Moro.

lunes, 29 de agosto de 2011

Lecciones para vivir

-Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro. Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras.

-Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra.

-Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.

domingo, 28 de agosto de 2011

El experimento de Milgram (Estudios sobre la obediencia)

A finales de la década de 1960, Stanley Milgram, un psicólogo de la Universidad de Yale, realizó una serie de estremecedores experimentos sobre la obediencia. Demostró así cómo una situación puede imponerse a la conciencia individual de una persona. Sus hallazgos han servido para explicar las grandes atrocidades de nuestra época: el Holocausto, la matanza de My Lai y el genocidio de Ruanda.

Milgram extrajo a los sujetos de su experimento de todos los estratos sociales: abogados, bomberos, obreros… Todos aceptaron cobrar 4,5 dólares por hora a cambio de participar en un estudio sobre aprendizaje y castigo. Un médico con bata blanca les conminó a actuar como “profesores”; debían leer una lista de palabras que un “alumno” debía asociar con otras desde otra habitación en la que no se le podía ver pero sí escuchar. Si el alumno se equivocaba, el profesor debía castigarlo con una descarga eléctrica, cuya intensidad iría incrementando con cada respuesta incorrecta. El primer nivel estaba catalogado como “descarga leve de 15 voltios”. El último, como “peligro, descarga fuerte de 450 voltios”.

El verdadero experimento consistía, por supuesto, en ver qué nivel de castigo estarían dispuestos a administrar. A los 180 voltios, el alumno (en realidad, un actor) gritaría para decir que no podía soportar más el dolor. A los 300, se negaría a seguir con el experimento. A los 330, sólo habría silencio. Para sorpresa de Milgramn, el 65% de los sujetos llegó hasta el final, los 450 voltios, aunque se les dijera que el alumno tenía problemas de corazón. Muchos parecían muy alterados (sudaban mucho, se mordían los labios), pero instigados por el experimentador de bata blanca continuaron pese a sus escrúpulos morales.

El hallazgo de Milgram horrorizó a la comunidad científica de los años sesenta, tanto por sus cuestionables métodos éticos como por sus terribles resultados. Pero su investigación demostró a las claras como gente normal puede ser inducida a cometer actos inhumanos simplemente por la presencia de una figura de autoridad. Milgram descubrió también que cuanto mayor fuera la distancia psicológica del sujeto respecto de su víctima, más probable era que siguiera las órdenes hasta un final fatal. Si el profesor sólo leía las preguntas pero no administraba las descargas, el 90 concluía el experimento; pero si tenía que tocar al alumno para castigarlo, sólo el 30% llegaba hasta los 450 voltios.

sábado, 27 de agosto de 2011

La meta

Hace algunos años, en los paraolímpicos de Seattle, nueve concursantes,

todos con alguna discapacidad física o mental, se reunieron en la línea de

salida para correr los 100 metros planos.


Al sonido del disparo todos salieron, no exactamente como bólidos, pero con

gran entusiasmo de participar en la carrera, llegar a la meta y ganar.


Todos, es decir, menos uno, que tropezó en el asfalto, dió dos vueltas y

empezó a llorar.


viernes, 26 de agosto de 2011

"..."

No se pueden resolver los problemas que acosan a la humanidad a través de la acción gubernamental o por medios políticos. Ya se intento durante miles de años.

El cambio que debe efectuarse sólo se puede lograr en el corazón de los hombres.

jueves, 25 de agosto de 2011

Meta vital

La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás.

Osho.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Médicos occidentales - Médicos orientales

Los médicos occidentales rechazan la eficacia curativa de los médicos orientales porque aceptarla, admitir que determinadas modalidades alternativas pueden proporcionar una curación, supondría desgarrar el propio tejido de la institución tal como está estructurado e, inicialmente, entre otras muchas cosas, les da pánico y les resulta, económicamente, inaceptable.

martes, 23 de agosto de 2011

Elección de la actitud personal

Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el útimo trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebarar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas -la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para decidir su propio camino.

Wiktor Frankl.

lunes, 22 de agosto de 2011

"La prisión del odio"

Dos hombres habían compartido injusta prisión durante largo tiempo en donde
recibieron todo tipo de maltratos y humillaciones. Una vez libres, volvieron
a verse años después. Uno de ellos preguntó al otro:
-¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?
-No, gracias a Dios ya lo olvidé todo -contestó-. ¿y tú?
-Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas -respondió el otro.
Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo:
-Lo siento por ti. Si eso es así, significa que aún te tienen preso.

domingo, 21 de agosto de 2011

sábado, 20 de agosto de 2011

Hacer el mundo digno de sus hijos

Cada segundo que vivimos es un momento nuevo y único del universo, un momento que jamás volverá...
¿Y qué es lo que enseñamos a nuestros hijos?
Pues les enseñamos que dos y dos son cuatro,
que París es la capital de Francia.
¿Cuándo les enseñaremos, además, lo que son?
A cada uno de ellos deberíamos decirle: ¿Sabes lo que eres?
Eres una maravilla. Eres único.
Nunca antes ha habido ningún otro niño como tú.
Con tus piernas, con tus brazos, con la habilidad de tus dedos,
con tu manera de moverte.
Quizás llegues a ser un Shakespeare, un Miguel Ángel, un Beethoven.
Tienes todas las capacidades.
Sí, eres una maravilla.
Y cuando crezcas, ¿serás capaz de hacer daño a otro que sea, como tú, una maravilla?
Debes trabajar como todos debemos trabajar para hacer el mundo digno de sus hijos.

Pau Casals.

viernes, 19 de agosto de 2011

Después de un tiempo

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y no empieza a aprender.
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para sus planes...
y los futuros tienen forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema,
Así que uno se planta su propio jardín
y decora su propia alma, en lugar
de esperar que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende..
y que cada adiós uno aprende.

Anónimo.


jueves, 18 de agosto de 2011

La cualidad del zen

Un gran maestro zen, Nan-in, se hallaba cortando leña en el bosque. Y llegó un profesor de universidad a visitarle. Y claro, el profesor pensó: "Este leñador sabrá dónde vive Nan-in". Así que se lo preguntó. El leñador tomó el hacha en sus manos y dijo: "Me costó muy cara".
El profesor no le había preguntado nada sobre el hacha. Lo que hacía era preguntarle dónde vivía Nan-in; le preguntaba si le hallaría en el templo. Y Nan-in volvió a levantar el hacha y dijo: "Mírela, me costo muy cara". El profesor se sintió un tanto desconcertado, y antes de que pudiera escapar de allí, Nan-in se le acercó y le colocó el hacha en la cabeza. El profesor empezó a temblar y Nan-in le dijo: "Tiene muy buen filo" ¡Y el profesor salió corriendo!
Más tarde, cuando llegó al templo, se enteró de que el leñador era nada más y nada menos que el propio Nan-in. Entonces le preguntó a uno de los discípulos:
-¿Es que se ha vuelto loco?
-No -aseguró el discípulo-. Usted le ha preguntado si estaba Nan-in y él ha respondido que sí. Le mostraba su ecceidad, su talidad. En ese momento era leñador, estaba totalmente absorbido en el filo del hacha. En ese momento era esa filosidad. Al ser tan inmediato, al estar tan en el presente, le estaba diciendo: "Soy en ella". Lo pasó usted por alto. Le estaba enseñando la cualidad del zen.

miércoles, 17 de agosto de 2011

La vida no significa algo vago

La vida no significa algo vago, sino algo muy real y concreto, que configura el destino de cada hombre, distinto y único en cada caso. Ningún hombre ni ningún destino pueden compararse a otro hombre o a otro destino. Ninguna situación se repite y cada una exige una respuesta distinta; unas veces la situación en que un hombre se encuentra puede exigirle que emprenda algún tipo de acción; otras, puede resultar más ventajoso aprovecharla para meditar y sacar las consecuencias pertinentes. Y, a veces, lo que se le exige al hombre puede ser simplemente aceptar su destino y cargar con su cruz. Cada situación se diferencia por su unicidad y en todo momento no hay más que una única respuesta correcta al problema que la situación plantea.

Viktor Frankl.

martes, 16 de agosto de 2011

Cuando los dioses se reunieron

En cierta ocasión, se reunieron todos los Dioses y decidieron crear al
hombre y la mujer. Planearon hacerlo a su imagen y semejanza. Entonces uno
de ellos dijo:
- Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un
cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra. Debemos
pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaríamos
creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero ¿qué les quitamos?
Después de mucho pensar, uno de ellos dijo: “ ¡Ah, ya sé! vamos a quitarles
la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la
encuentren jamás.
Propuso el 1°: vamos a esconderla en la cima del monte mas alto del mundo, a
lo que inmediatamente repuso otro: no recuerda que les dimos fuerza, alguna
vez alguien subirá, y la encontrará, y si la encuentra uno, todos sabrán
donde está.
Luego propuso otro: entonces vamos a esconderla en el fondo del mar, y otro
contestó, no, recuerda que les dimos inteligencia, alguna vez alguien
construirá un equipo por el que puedan entrar y bajar, entonces la
encontrarán. Uno más dijo: escondámosla en un planeta lejano a la Tierra. Y
le dijeron no, algún día alguien construirá una nave en la que pueda viajar
a otro planeta y la descubrirán, entonces todos tendrán felicidad y serán
igual a nosotros.
El último de ellos, era un Dios que había permanecido en silencio escuchando
atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses. Analizó cada una
de ellas y entonces rompió el silencio y dijo: creo saber dónde ponerla para
que realmente nunca la encuentren, todos voltearon y preguntaron al unísono:

¿DÓNDE?

La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola
fuera, que nunca la encontrarán. Todos estuvieron de acuerdo, y desde
entonces ha sido así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin
saber que la trae consigo.

lunes, 15 de agosto de 2011

Y cuando la realidad se impone...

Nos hemos fabricado un cuento de hadas. Hemos elegido unas partes y deshechado otras, y nos hemos creado una imagen, que no durará. Una vez finalice la luna de miel, la realidad se impondrá por sí misma. La realidad no puede ser derrotada por ensoñaciones. Tarde o temprano hay que acabar ocupándose de la realidad. Sí, puede posponerse durante un tiempo, pero no para siempre. Y cuando la realidad se impone...

domingo, 14 de agosto de 2011

sábado, 13 de agosto de 2011

"..."

Con frecuencia hay que arrepentirse de haber hablado, nunca de haber callado.

viernes, 12 de agosto de 2011

¿Suerte o no suerte?

Se dice que tengo la suerte (o no suerte) de vivir en un pais desarrollado de occidente. Hoy no voy a entrar en este debate. Lo que si que voy a comentar de forma sucinta y breve es el reiterativo pensamiento que ocupa mi mente sobre porque seguir en este país desarrollado occidental que poco me aporta ya y al que creo que yo tampoco mucho le puedo dar.

Miro a mi alrededor y veo que ya esta todo hecho y deshecho, a la vez que todo falta por hacer y, pienso en lo más profundo de mi interior:

¿Por qué no marcharme a otra zona en que aún se puedan hacer cosas? ¿Soñar? ¿Crear?

¿VIVIR?

Tengo que meditar sobre esto.

Roberto Carlos Sande Barcia.

jueves, 11 de agosto de 2011

Un cuento para no dormir

En una populosa ciudad española, cuyo nombre no viene al caso, junto a la Plaza Mayor, -ocultando un solar- se había levantado una gran pared que servía de pretexto para anunciarse los teatros, los actos culturales y los productos al comercio.

Los hombres que –iban a sus cosas- pasaban, miraban, leían y continuaban su andar: iban a sus cosas.

Un buen día “la pared de la publicidad” – que así la llamaban- apareció cubierta toda ella por un gran cartel anunciando los pormenores del desempleo, del paro actual existente en España. Decía: “... más de dos millones de parados .... , ... suponen el 20% de la población activa ... , ... la mayoría de los jóvenes que desean empezar a trabajar no pueden ...” y se ilustraban los datos con una serie de cifras y porcentajes.

La verdad es que el cartel que, en el primer momento, suscitó curiosidad, interés y hasta compasión, terminó por molestar a los transeúntes – que iban a sus cosas-. Era desagradable contemplar, cada mañana y cada tarde, los mismos problemas, las mismas cifras y experimentar la misma sensación desagradable. Decidieron derribar la pared.

Pero he aquí que, detrás de la pared, malvivía a la sazón la familia de un parado que, desposeída de su anterior domicilio, se había instalado miedosamente detrás del muro.

El hombre, que no pasaba de los cuarenta y tres, enseñaba su rostro amargado por encima de una camisa de cuadros que hacía tiempo que no había saludado a ningún detergente. Por detrás del gesto hosco, se adivinaba una innegable frustración personal, mal disimulada por el alcohol y un síndrome evidente de inutilidad. La mirada agresiva de aquel padre y, su contenida irritabilidad, habían escogido como blanco los rostros impotentes de su esposa y dos hijos que, tiritaban entre el susto y la angustia. Aquella familia había perdido, no sólo el sueldo del padre, sino la alegría de los cuatro, el diálogo, las relaciones amorosas..., en definitiva, la esperanza.

Los transeúntes – que iban a sus cosas, no aguantaban la escena familiar cada mañana y cada tarde de todos los días. Las constantes discusiones de los cuatro, el malhumor reiterado de los cuatro, la desesperación de los cuatro... decidieron levantar de nuevo la pared, con cartel incluido.

Desde entonces, cada mañana y cada tarde, los hombres de aquella ciudad, iban y venían a sus cosas con normalidad e incluso, se detenían ante el cartel, lo leían y hasta sentían compasión. Pero podían vivir ya con una razonable tranquilidad. Lo que les había resultado inaguantable era contemplar las duras escenas que se escondían detrás de la pared, detrás del cartel, detrás de las cifras.

Y los habitantes de la populosa ciudad vivieron al fin, tranquilos el resto de sus días, sin escenas de mal gusto ni preocupaciones, ocupados sólo en sus cosas.

Pedro M. Zabilde Zadalla.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Saber enseñar

Una madre llevó a su hijo ante Mahatma Gandhi e imploró:
- Por favor Mahatma, inste a mi hijo a no comer azúcar.
Gandhi, después de una pausa contestó:
- Tráigame a su hijo de aquí a dos semanas.
Dos semanas después, ella volvió con el hijo. Gandhi miró bien profundo en
los ojos del muchacho y le dijo:
- No comas azúcar.
Agradecida pero perpleja, la mujer pregúntó:
- ¿Por qué me pidió dos semanas? ¡podría haber dicho lo mismo antes!
Y Gandhi le contestó:
- Hace dos semanas, yo también estaba comiendo azúcar.

martes, 9 de agosto de 2011

Recibimos lo que pedimos

De inmediato comprendí que era un hecho obvio: el mundo es como es porque así deseamos que sea. Sólo en la medida en que cambian nuestros deseos cambia el mundo.

Recibimos lo que pedimos.

Richard Bach ("El don de volar")


lunes, 8 de agosto de 2011

Renuncio a ser adulto

Por medio de la presente presento mi renuncia irrevocable a ser adulto.

He decidido aceptar la responsabilidad de tener 6 años nuevamente.

• Quiero ir a McDonald's y pensar que es un restaurante 5 estrellas.

• Quiero navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua.

• Quiero pensar en que los dulces son mejores que el dinero, pues se pueden comer.

• Quiero tener un receso y pintar con acuarelas.

• Quiero salir cómodamente de mi casa sin preocuparme como luce mi cabello.

• Quiero tener alguien que me arregle y me planche la ropa.

• Quiero regresar a mi casa a una comida casera y que alguien corte mi carne.

domingo, 7 de agosto de 2011

Soltar

La vida se manifiesta a sí misma cuando no te agarras a ella, cuando no te apegas, cuando no acaparas, cuando no eres miserable. Cuando estás suelto y dispuesto a soltar, cuando no cierras el puño, cuanto tienes la mano abierta. La vida se revela a sí misma llanamente cuanto no agarras a ella ni de sentimiento ni de pensamiento.

Desapego, ése el secreto, todo el secreto, todo un arte. Todo lo que se guarda acaba estropeándose, todo. Acumula algo y lo matarás, acumula y se ranciará. La razón es que todo lo que es importante, vivo y en movimiento, es momentáneo.

Al acumularlo pretendes convertirlo en permanente. Amas u una mujer, amas a un hombre, y quieres poseerla, o poseerle, quieres que sea permanente. Puede ser eterno, pero no permanente. Debes entenderlo.

Inténtalo.

sábado, 6 de agosto de 2011

"..."

En sus poemas, Ryokan hace alusiones a un bosque de bambúes que rodea su cabaña. Le gustaba mucho su sabor, pero sobre todo cómo crecían de rectos, su intenso verdor, que mantenía todo el año, sus raíces hundiéndose firmemente en el suelo, mientras que el tronco es hueco, simbolizando la nada.

viernes, 5 de agosto de 2011

"..."

Equilibra tus necesidades a tu riqueza y no serás pobre ni rico, sino simplemente afortunado.

Chillón de Lacedemonia.

jueves, 4 de agosto de 2011

Camelle (A Coruña)

Estos días estoy en Camelle. Bonito pueblo marinero da "Costa da Morte" de A Coruña, tomando una especie de mini vacaciones, buscando más un descanso psíquico que físico que me traslade a otros lugares o otros espacios...

En Camelle, basta con disfrutar de su aire, de sus paseos y un largo etc, pero, especialmente, gozar de la más pura naturalidad y sencillez que llenan las personalidades de sus gentes.

Desde un principio, percibes una cercanía que te sorprende.... una personalidad con rasgos que le son únicos:

- una muy próxima cercanía, rodeada de una muy lejana desconfianza muy típica del caracter gallego, que cada vez se acorta más llegando a ser entrañable,
- sinceridad sin curvas, sin envoltorios,
- un compartir sin esperar, con alegría,
- un constante ofrecimiento en todas las direcciones,
- un nordeste que no cesa pero que a la vez logra mantener una equilibrada y mágica calma....
- y un largo etc.

pero lo que si puedo decir es que ves que puede brotar algo tan "noble" como una "amistad desinterada" en todos los sentidos algo, que hoy en día, ya no se puede ni comprar.

Desde aquí, os amino a visitarlo.

Gracias por ser y estar.

Un contento visitante.

miércoles, 3 de agosto de 2011

"..."

No siento el menor deseo de jugar en este mundo en el que todos hacen trampa.

Francois Mauriac.

martes, 2 de agosto de 2011

"..."

Lo que haga hoy es importante, porque estoy utilizando un día en ello.

lunes, 1 de agosto de 2011

El Océano

-Usted perdone -le dijo un pez a otro-, es usted más viejo y con experiencia que yo y probablemente podrá usted ayudarme. Dígame: ¿dónde puedo encontrar eso que llaman Océano? He estado buscándolo por todas partes sin resultado.
-El Océano -respondió el viejo pez-, es donde estás ahora mismo.
-¡¿Esto?! Pero si esto no es más que agua... Lo que yo busco es el Océano, -replicó el jovén pez, totalmente decepcionado, mientras se marchaba nadando a buscar en otra parte.

Anthony de Mello.