Nos hemos fabricado un cuento de hadas. Hemos elegido unas partes y deshechado otras, y nos hemos creado una imagen, que no durará. Una vez finalice la luna de miel, la realidad se impondrá por sí misma. La realidad no puede ser derrotada por ensoñaciones. Tarde o temprano hay que acabar ocupándose de la realidad. Sí, puede posponerse durante un tiempo, pero no para siempre. Y cuando la realidad se impone...
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