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sábado, 29 de septiembre de 2012

Comunicación

Metidos ya en pleno siglo XXI, ya no necesitamos consultar a ningún experto en redes sociales, informáticos o telefonía para que un tanto muy elevado de la población de nuestro país, sepa lo que es un SMS, un mail, las redes sociales, un fax, un WhatsApp, una vídeo conferencia, etc.
 
Nunca hemos tenido el ser humano tantas posibilidades de comunicarnos entre nosotros a tiempo real, como ahora.
 
Pese a ello, noto que la comunicación en vez de fluir más clara, más abierta, más igual, más libre... está se está convirtiendo en un intercambio de frases hechas (o deshechas), vacías y sin lenguaje corporal que aún dificultan más su entendimiento y que, incluso, a veces, llevan a confusiones fáciles.
 
Y cuando analizo todo esto, siempre acabo en el mismo punto: ¿dónde quedan aquellas conversaciones intimas, transparentes y transcendentes alrededor de unas brasas en plena naturaleza (y que me perdonen los ecologistas, grupo en el que, en cierta manera, también me incluyo) o, aquellos paseos por la orilla del mar llenos de reflexiones que quedaban protegidas por el sonido del avanzar y retroceder del agua salada, mientras mojaba nuestros resecos pies.
 
Quizás debamos de volver a apoyarnos en lo simple, en nuestro auténtico entorno, refugiarnos en la naturaleza y, dentro y con ella, acunados por ella, aprovechar dicha magia para conversar con los demás y con nosotros mismos.
 
Os aseguro que tiene una tarifa bastante económica, pero sueles acabar adquiriendo un compromiso de permanencia aunque no quede constancia por escrito.

1 comentario:

  1. Comparto tus pensamientos y tu sentimiento.
    Siempre entra la razón.
    cuando puedas escribe así mas.

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