Páginas

lunes, 24 de junio de 2013

La guerra y las naciones pequeñas

Una oveja con su corderito pacía en un prado. Por encima de ellos se cernía un águila. La rapaz seguía al corderito con ojos encendidos de hambre y voracidad. Mientras giraba en torno del humilde corderillo aprestándose a hundir sus garras en su tierna carne, se presentó otra águila aguijoneada por igual hambre y ferocidad. Al hallarse ambos colegas frente a frente, riñeron hasta llenar el vacío con sus gritos y graznidos. En aquella circunstancia la oveja estupefacta miró a las dos águilas y dijo a su hijo:
- Mira, hijo mío, ¡qué extraña es la riña de esas nobles aves! ¿No es vergonzoso para los reyes del espacio disputar y reñir, teniendo todo el anchuroso cielo para buscar manutención? Pero, ora, hijo mío, ora, mi niño en tu corazón a Dios implorando paz para tus hermanos alados.
Y el corderito oró fervorosamente y de todo corazón.
Khalil Gibran

1 comentario:

  1. Bos días!!
    Bueno, quizá el origen de las guerras esté ahí...
    Y quizá el origen de la pobreza e infortunio de algunas naciones esté ahí...
    En todo caso, cualquier guerra es un fracaso... del que no se aprende nada, verdad??
    Biquiños atlánticamente agarimosos!!

    ResponderEliminar