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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Saberlo o no saberlo

Un caminante llegó a un pueblo donde se anunciaba la actuación del “hombre

maravilloso”, un personaje que, según contaba el pregonero, era capaz de

realizar milagros.

El viajero se colocó en lugar de privilegio para ver el número, y, empezado

éste, observó que, en efecto, aquel hombre realizaba prodigios tan grandes

como el de crear objetos de la nada.

Terminada la función, se acercó al «hombre maravilloso» y le preguntó:

-¿Dónde está el truco de los fenómenos que realizas?

-No hay ningun truco -contestó éste.

-¿Quieres decirme que eres capaz de crear de la nada? -volvió a inquirir.

-Así es -contestó de nuevo.

-Eso es imposible -gritó el viajero. Sólo puede crear Dios. ¿Es que acaso tú

eres Dios?

-Así es -volvió a responder el “hombre maravilloso”.

Lleno de indignación ante aquella irrespetuosa manifestación, el viajero

gritó burlándose:

-¡Tú eres tan Dios como puedo serlo yo!

-Así es también -respondió de nuevo-, sólo que hay una pequeña diferencia

entre tú y yo.

-¿Cuál es? -preguntó intrigado el caminante.

-Que yo lo sé y tú no.

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