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viernes, 21 de septiembre de 2012

Dormir cuando el viento sopla

Años atrás, un granjero poseía una granja en la costa atlántica de Estados
Unidos. Tenía tiempo tratando de conseguir empleados pero la mayoría de las
personas tenían muchas reservas de trabajar en granjas en esa área, pues
temían las tormentas que vienen del Atlántico causando destrucción sobre las
propiedades y las cosechas.
Aunque el granjero había entrevistado a muchos jornaleros, aún no había
encontrado a alguien interesado en ayudarle a cuidar la granja.
Finalmente, un hombre chaparrito y delgado, ya pasado los cuarenta, decidió
aceptar el trabajo. El granjero le preguntó, "¿Tienes experiencia trabajando
en granjas?” “Bueno, respondió el hombre, puedo dormir cuando el viento
sopla”.
 
Aunque el granjero no entendió lo que quiso decir y se sorprendió con la
respuesta, de todas formas decidió darle el trabajo ya que realmente
necesitaba ayuda. El hombre trabajaba bien, era muy diligente y no paraba
desde la salida hasta la puesta del sol, así que el granjero estaba muy
satisfecho su trabajo.
Un día el viento comenzó a soplar fuertemente y su intensidad creció,
haciendo mucho ruido cuando batía contra los árboles. El granjero saltó de
la cama, agarró su linterna y se apresuró hacia donde dormía su nuevo
empleado. El granjero lo despertó gritando, “¡Levántate! ¡Viene una
tormenta! ¡Ata las cosas antes que salgan volando!”
El pequeño hombre se dio vuelta en su cama, y exclamó con firmeza, “No
señor. Yo le dije que yo podía dormir cuando el viento sopla.”
Indignado por su forma de responder, el granjero tuvo la tentación de
despedirle de inmediato, pero tenía mucho que hacer y optó por salir
rápidamente y comenzar a preparar la granja para la tormenta. Sorprendido
descubrió que todas las pilas de paja estaban ya cubiertas con carpas. Las
vacas estaban en los graneros, las gallinas en sus gallineros, y las puertas
estaban bien aseguradas con varas. Las ventanas estaban cerradas. Todo
estaba en orden, asegurado, y atado. ¡Nada iba a volar con el viento!
El granjero por fin entendió lo que quiso decir su empleado, y volvió a su
cama para dormir tranquilo mientras soplaba el viento.

Cuando estás preparado espiritual, mental y físicamente, no hay nada qué
temer.

Historia perteneciente al libro "El Silencio del Hombre - Historias de Luz y
Sabiduría"


5 comentarios:

  1. Suerte del que duerme.
    Si sueña ya es mejor

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  2. Bos días!!
    Amarrar...
    Sentir...
    Soñar...
    Si se puede dormir mientras todo alrededor se desmorona... es que existe más luz en tu vida de la que puedas imaginar!!!
    Si se puede dormir, estar presente, sentir, escuchar, compartir, mientras todo alrededor parece cambiar de rumbo... es que en verdad, eres un ser humano "especial"...
    Y aunque "especiales" somos todos... a veces, nos falta "algo" para reconocerlo...
    Biquiños atlánticamente agarimosos!!!

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  3. Bos días!!
    En cuanto al comentario de Teresa Calle... total y absolutamente de acuerdo!!
    Porque hay una opinión generalizada de que soñar, es perder el tiempo... de que soñar es alejarse de la realidad... de que soñar no es precisamente vivir en el momento presente... de que soñar... en definitiva... es persequir la utopía por la utopía...
    Muchas gracias por recordármelo!!
    Biquiños atlánticamente agarimosos!!

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  4. Me refería a dormir-dormir.
    Y a soñar-soñar.

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  5. Bos días!!
    Vale, ahora entiendo...
    Graciñas por tu aclaración, Teresa!!
    A veces, la inteligencia reside en lo más simple de lo simple...
    Graciñas por esta lección de humildad!!
    Biquiños atlánticamente agarimosos!!

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