Páginas

martes, 10 de diciembre de 2013

Al menos, los hombres, de momento, tenemos emociones.....

Durante los últimos siglos de nuestra historia, el género humano ha visto cómo se le despojaba paulatinamente de aquellas características que había considerado especiales y únicas en su especie. Hubo un tiempo en el que la Tierra era el centro del universo, pero Galileo nos arrebató la idea del antropocentrismo. Al menos, seguíamos siendo muy distintos a los animales, pero Charles Darwin se encargó de situarnos en el plano que nos correspondía... Bueno, al menos los hombres tenemos emociones. Cuando el campeón del mundo Garry Kasparov perdió una partida de ajedrez en 1997 contra el ordenador Deep Blue, sintió que toda una vida de trabajo intelectual se había derrumbado ante las máquinas. Sin embargo, Kasparov decía que había algo que Deep Blue jamás podría conseguir:

- Bueno -dijo el ajedrecista-. Pero esa máquina no ha disfrutado ganándome.

Kasparov seguía siendo especial: tenía emociones. La máquina no. Y tenía razón: la máquina no tenía emociones en absoluto. Pero los investigadores advierten que probablemente los robots sí tendrán emociones en el futuro y el pobre Kasparov tendrá que encontrar otra cosa para sentirse especial...

No hay comentarios:

Publicar un comentario