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jueves, 1 de noviembre de 2012

El Problema

Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un monasterio zen. Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo. El gran maestro reunió a todos sus discípulos escoger a quien tendría ese honor. “Voy a presentarles un problema —dijo—. Aquel que lo resuelva primero será el nuevo guardián del templo”.
Trajo al centro de la sala un banco, puso sobre este un enorme y hermoso florero de porcelana con una hermosa rosa roja y señaló: “Este es el problema”.
Los discípulos contemplaban perplejos lo que veían: los sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la flor... ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos estaban paralizados. Después de algunos minutos, un alumno se levantó, miró al maestro y a los demás discípulos, caminó hacia el florero con determinación y lo tiró al suelo.
“Usted es el nuevo guardián —le dijo el gran maestro, y explicó—: Yo fui muy claro, les dije que estaban delante de un problema. No importa qué tan bellos y fascinantes sean, los problemas tienen que ser resueltos. Puede tratarse de un florero de porcelana muy raro, un bello amor que ya no tiene sentido, un camino que debemos abandonar pero que insistimos en recorrer porque nos trae comodidades.

Sólo existe una forma de lidiar con los problemas: atacarlos de frente. En esos momentos no podemos tener piedad, ni dejarnos tentar por el lado fascinante que cualquier conflicto llevan consigo”.

Los problemas tienen un raro efecto sobre la mayoría de nosotros: nos gusta contemplarlos, analizarlos, darles vuelta, comentarlos... Sucede con frecuencia que comparamos nuestros problemas con los de los demás y decimos: “Su problema no es nada... ¡espere a que le cuente el mío!” Se ha dado en llamar “parálisis por análisis” a este proceso de contemplación e inacción. Busca la solución!

2 comentarios:

  1. ¡Muy buena lección!
    Los problemas paralizan porque damos mas y mas vueltas sobre lo mismo.Y entonces acabas enfermando.
    Siempre hay que analizar si tu tienes el problema o el problema te "tiene a ti".
    ¡No te dejes atrapar!

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  2. Bos días!!
    Bonita e inteligente lección de vida!!
    Aunque personalmente creo que para enfrentarse o mirar de frente, que suena mejor, a los problemas, hay que ser consciente de que tenemos uno o varios problemas, no????
    Y es que los demás, los que "desde fuera", vemos, sentimos, presentimos el problema, no tenemos el poder de interferir en el otro.
    Yo a veces, veo y estoy con personas que "para mí", tienen gravísimos problemas y ni se enteran... o pasan de largo... o hacen que se olvidan, y al final lo consiguen!!
    Que pobre sería nuestra consciencia como seres humanos si los problemas fuesen molestas piedras en el camino lleno de flores!!
    Bicos!!

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