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miércoles, 12 de diciembre de 2012

El Sabio

Un sabio, cierta tarde, llegó a la ciudad de Akbar. La gente no dio mucha importancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a la población. Incluso después de algún tiempo llegó a ser motivo de risas y burlas de los habitantes de la ciudad.

Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo. En vez de fingir que los ignoraba, el sabio se acercó a ellos y los bendijo.

Uno de los hombres comentó:

- "¿Es posible que, además, sea usted sordo? ¡Gritamos cosas horribles y usted nos responde con bellas palabras!".

"Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene" -fue la respuesta del sabio-.

5 comentarios:

  1. Bos días!!!
    Con razón era un sabio!!
    Todos somos así de sabios a poco que nos dejemos fluir... que nos centremos en nuestro yo más íntimo, más real, más humano...
    Cuando nos contagiamos de la brutalidad externa, de los malos pensamientos ajenos, dejamos de ser sabios y nos convertimos en víctimas de nuestro propio desprecio.
    Dice bien este sabio del relato... como decía también otro insigne dramaturgo (en fin, no sé yo si la frase es de él)... Shakespeare: cada uno es como Dios lo dió; y a veces, aún peor.
    A veces, tenemos que "limpiar nuestro espejo".
    Si está sucio, sólo reflejará suciedad.
    Si lo limpiamos... si lo mantenemos limpio... reflejará todo lo bueno que nos vayamos encontrando en nuestra vida...
    Todos estamos entrelazados, aunque somos seres únicos e individuales... tiernamente "especiales"... sublimemente esenciales...
    Por eso, si ante un insulto o mala acción respondo con lo mismo, estaré "invocando" la misma respuesta, reflejo, en mí misma.
    Ante las "malas artes", por favor, "buenas palabras"
    Bicos!!

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  2. Me quedo con tu ultima frase Elena: ante las malas artes, por favor, buenas palabras.
    Y no es mas sabio el que mas sabe sino el que no se las da de sabio.
    Pero sobre todo creo yo que el sabio: es aquel que es buena persona. Respeta. Y pasa por la vida ayudando sin parar, haciendo casi ningun ruido.
    Roberto gracias por trasmitir estas cosas tan bien.

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  3. Pues yo me quedo con que no hay tanto sabio suelto.
    Ni que nadie somos espejos de nada: la vida es como es: unas veces pasan cosas buenas y otras veces malas.
    Este relato creo que es un poco masoquista: si te tratan mal decir buenas palabras, y aqui paz y despues gloria no creo que sea ni muy sabio ni muy inteligente.
    ¡Que se lo digan a las mujeres maltratadas por ejemplo!
    Bueno. Espero que nadie se sienta ofendid@ por mis palabras.

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  4. ¡Hola Teresa!
    Mira yo no me siento ofendido (soy Andrés), pero tía relájate.
    Con la musiquita anterior, paseando o fumando.
    Creo que no has entendido el relato de hoy.

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  5. Nadie sabe lo que es un sabio hasta que se mira en el espejo.
    Y una vez que se mira en el espejo, recapacita, piensa, recuerda y dice:
    "¡Así es la vida: no hay bien, ni mal.
    Solo ignorancia y rencor"
    Es una labor de tod@s, no reparar en conocimientos.
    Es una labor de tod@s, no hundirse en el desprecio.
    Todo está bien mientras nosotros estamos bien.
    ¡Os quiero a tod@s!

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