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viernes, 1 de marzo de 2013

El libro del Tao

No favoreciendo a los mejores,
se evita la discordia en el seno del pueblo.
No acumulando tesoros,
se evita que el pueblo robe.
No exhibiendo riquezas,
se evita la confusión en los corazones.

Por eso el sabio, al gobernar,
vacía de deseo los corazones y llena los estómagos,
debilita las ambiciones y fortalece los huesos.
Mantiene al pueblo alejado del conocimiento de lo malo
y del deseo de lo bueno,
y procura que los astutos no tenga oportunidad de intervenir.
Practica el no-hacer
y de esa forma todo se reconduce.

"El libro del Tao"
(Lao-Tse)

8 comentarios:

  1. Bos días!!
    Siempre que el "Libro del Tao", se pueda leer bajo el prisma de nuestra vida aquí y ahora... está bien...
    Es de hecho una buena guía, para comenzar a desaprender y a no hacer... que no es nada fácil!!
    Biquiños atlánticamente agarimosos!!

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  2. SI AL TAO LE PONEMOS TRABAS, ELENA, ES QUE NO HEMOS INTERIORIZADO EL TAO.
    NO TODO ES TAN COMPLICADO.
    EN REALIDAD TODO ES MUY SIMPLE

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    Respuestas
    1. Es que Elena es así.
      Quiere dar la nota. O que la nota se la den a ella.

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    2. NO ME HACE FALTA, TERESA, QUE ME EXPLIQUES NADA SOBRE ELENA, NI SOBRE NADIE.
      Y COMO HUMILDE FAVOR PERSONAL: CUANDO NO SE SABE LO MEJOR ES CALLAR Y ESCUCHAR.

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  3. Los mejores gobernantes son apenas conocidos por sus vasallos;
    Los siguientes mejores son amados y alabados;
    Los siguientes son temidos;
    Los siguientes despreciados:
    No tienen fé en sus vasallos,
    Por tanto, sus vasallos tampoco tienen fé en ellos.

    Cuando el mejor gobernante alcanza su objetivo
    Sus vasallos lo celebran como si fuese el objetivo de ellos mismos.

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  4. Hay pocos gobernantes sabios.
    Hay pocos ciudadanos capaces de sobrellevar la incertidumbre del mañana sin derramar ni una sola lágrima.
    Hay pocos ejemplos de dignidad humana sin trabajo, sin comida, sin techo.
    Rescapitulemos.

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  5. Sin dios ni patria ni ley
    no serviré a gobernante
    ni lucharé para aumentar
    su poder de ambición.
    Tampoco la religión
    me hará cambiar de opinión
    no quiero su bendición
    el Tao me importa un cojón.

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