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jueves, 28 de noviembre de 2013

Aprendamos de las abejas

Las abejas, por ejemplo, consiguen mantener la temperatura de la colmena exquisitamente, a la décima de grado, y no hay nadie que decida a qué temperatura tiene que estar. Simplemente, los distintos individuos se agobian a diferentes temperaturas y se ponen a batir las alas para enfriar el ambiente o llevan a cabo los comportamientos necesarios para regular la temperatura. Nadie dirige el proceso: es la suma de todos y el hecho de que sean muchos y distintos lo que permite disponer de un termostato tan bueno.

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