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viernes, 30 de noviembre de 2012

De lo posible a lo probable

¿Cuál es la secuencia de números más larga que puede recordar una persona? ¿Qué altura puede alcanzar un ser humano? ¿Cuánto dinero se puede ganar? ¿Cuántos años puede vivir una persona? El "Libro Guinness de los récords" recoge muchos de los récords más impresionantes, los mayores logros conseguidos nunca. Pero el "Libro Guinness de los récords" se ha convertido en un registro fósil. Menciona solo lo que se ha hecho, no todo lo que se puede hacer. Por eso hay que actualizarlo constantemente: los récords se baten constantemente, de modo que queda anticuado cada dos por tres.

Pensemos en el fascinante caso del corredor británico de medio fondo Roger Bannister. En la década de 1950, después de rigurosas pruebas y análisis matemáticos por ordenador de la física de nuestra anatomía, los expertos llegaron a la conclusión de que el cuerpo humano no podía correr la milla en menos de cuatro minutos. Era imposible físicamente, dijeron los científicos. Entonces llegó Roger Bannister, que en 1954 no tuvo ningún reparo en demostrar que de hecho se podía correr en 3 minutos 594 milésimas. Y una vez Bannister rompió la barrera imaginaria, de pronto se abrieron las compuertas; montones de corredores empezaron a superar la marca de los cuatro minutos cada año, uno más rápido que el otro. ¿Hasta dónde se puede rebajar el tiempo de la milla, o de los 100 metros estilo libre, o de la maratón hoy en día? Lo cierto es que no lo sabemos. Por eso en cada competición olímpica aguantamos la respiración, para ver si se establece un nuevo récord mundial.

El caso es que no conocemos los límites del potencial humano. Del mismo modo que no sabemos lo rápido que puede correr un hombre ni predecir qué estudiante progresará hasta ganar un premio Nobel, aún no conocemos los límites del enorme potencial de nuestro cerebro para crecer y adaptarse a unas circunstancias cambiantes. Lo único que sabemos es que este tipo de cambio es posible. El resto se trata de cómo sacar el máximo partido a la capacidad de nuestro cerebro para cambiar, de modo que podamos recolectar los frutos que nos da la Felicidad como ventaja.

6 comentarios:

  1. Bos días!!
    Sí... nunca sabemos lo que podemos hacer o hasta dónde podemos llegar...
    Pero cuando la determinación y el ansia de configuar vida-con-ganas-de-vivir, llega a tu entorno... entonces y solo entonces dejas de volver la cabeza...
    Respiras profundamente...
    Cierras los ojos...
    Te levantas...
    Y a empezar!!!
    Todos los cambios son posibles, Roberto... todos!!... aunque a veces nos cueste tanto aceptarlos, integrarlos, sentirlos como tales...
    El cerebro tiene el "don de la plasticidad", el corazón tiene el "don de la apertura y cierre como un baile eterno" y en el sistema digestivo reside "el segundo cerebro con alma de corazón".
    Si queremos... podemos...
    Pero si no queremos... tampoco ocurre nada...
    No todos tenemos que demostrar algo a alguien.
    Bicos!!!!!!!!!

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  2. Si no pruebas nunca sabes. Si no te lanzas y te quedas con la duda mal asunto.
    Hay que arriesgar y superarse. Si luego las cosas salen mal pues hay que dejar esa via, ese camino.
    Tod@s tenemos que derribar muchas barreras que solo estan en nuestra mente.
    Y no hacer caso de lo que digan los demas.

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  3. Lee bien, con calma y detenimiento lo que escribes, Teresa.

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  4. No me gustan los records, no me gusta competir. Simplemente me dejo llevar por los sentimientos, si me llenan y alborotan soy feliz. Con ellos soy capaz de escalar la montaña más alta del mundo, de caminar por los senderos más empedrados y hacer frente a las dificultades que puedan aparecer. Cuando aparecen los sentimientos negativos y me instalo mucho tiempo en ellos, miro para atrás, para recordarme a mi misma de lo que soy capaz y, me vuelvo a levantar para seguir caminando con pasos más firmes y seguros.

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    Respuestas
    1. Mi querida y admirada Anónima...
      Llevame contigo a los bosques donde habitas y destilas tanta sabiduría, tanto amor y tanta comprensión.
      No hay que competir: es bien cierto, mujer.
      Hay que decirse a un@ mism@: ¿puedo?
      Y ver hasta donde se puede llegar. Y hasta donde quiero llegar.
      Hay caminos muy sutiles. Como los tuyos Anónima.
      De corazón: PAZ Y AMOR.

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    2. Te abrazo muy fuerte.

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