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viernes, 23 de septiembre de 2011

Una antigua parábola...

Se trata de la historia de un hombre que se adentró en las montañas a fin de hallar el final del mundo. Debió de ser un gran filósofo, poque sólo los filósofos tienen ideas tan descabelladas. No es necesario iniciar una búsqueda para hallar el final del mundo, pues éste es hermoso tal cual es. No es necesario iniciar la búsqueda del principio ni del final. El medio es perferctamente hermoso, así que ¿por qué no disfrutarlo? Pero este hombre era un gran filósofo. No se sentía feliz. Los filósofos nunca son felices aquí. El ahora no es su tiempo, y el aquí tampoco es su espacio. Viven por ahí, en algún otro lugar.

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