Naciste para ser revolucionario, no soportas las reglas porque en tu corazón sabes que hay un camino mejor, tienes fuerzas peligrosas para el establecimiento, y las quiere eliminar, por lo que toda tu vida se te ha dicho que tus fuerzas eran debilidades, pues ahora yo te digo lo contrario, tu impulsividad es un don, los impulsos son tu clave hacia lo milagroso, tu distracción es un artefacto de tu inspirada creatividad, tus cambios de humor reflejan el pulso natural de la vida, te aportan energía imparable cuando estás en lo alto y una profunda visión conmovedora cuando estás en lo bajo. Cuando te diagnostican con un desorden, esa es la forma de la sociedad para negar su propia enfermedad, señalándote a ti.
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