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domingo, 3 de julio de 2011

Donde el corazón te lleve

Cada vez que te sientas extraviado, confuso, piensa en los árboles. Recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular su savia.

Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y frutos.

Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda, respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga, aguarda y aguarda más aún.

Quédate quieto, en silencio, y escucha a tu corazón: y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.

Susana Tamaro
(Donde el corazón te lleve)

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