Hace mucho tiempo en París, vivían dos amigos, uno de los cuales tocaba el arpa virtuosamente mientras el otro escuchaba con oído experto.
Cuando uno cantaba o tocaba acerca de una montaña, el otro decía: "Veo la montaña delante de nosotros".
Cuando el otro tocaba acerca del agua, el oyente exclamaba: "¡Aquí está la corriente del arroyo!".
Pero el oyente enfermó y murió.
El primer amigo cortó las cuerdas de su arpa y nunca más volvió a tocar.
Desde entonces cortar las cuerdas del arpa ha sido siempre una señal de amistad íntima.
Nyogen Senzaki y Paul Reps.
Boas tardes!!
ResponderEliminarPrecioso relato!!
Si existe una amistad así...... es que los lazos que unen, son indivisibles!!
La amistad de verdad, la auténtica, es la que perdura siempre y desde siempre... pase lo que pase... o pase lo que no pase... que también puede ser!!
Por éso, existiendo esos sentimientos, ni la muerte puede dar cabida al olvido!!
Biquiños atlánticamente agarimosos!!!!!!!