Páginas

lunes, 13 de mayo de 2013

La consciencia corporal

La consciencia corporal, para mí, es la forma más natural y sencilla de estar en el momento presente y de estar atentos a los mensajes que nuestro cuerpo nos muestra, como fiel reflejo de nuestro interior.
Generalmente, renegamos de la consciencia corporal.
Vivimos demasiado rápido... superficialmente...
E incluso diría algo más significativo: vivimos de espaldas a nosotros mismos... vivimos complicándonos la existencia...
Rodeamos nuestro día a día, de excesos... sí, excesos, para llenar no sé que vacíos.
Es como si caminásemos "al lado" de nuestro cuerpo... pero no "con" nuestro cuerpo.
Es como si nos rodeásemos de vivencias, emociones, sensaciones... pero nunca "con" nuestro cuerpo. Como si nunca nos fuesen a afectar. Como si nunca formasen parte de nuestro universo interno.
Cuando damos la espalda a la consciencia corporal, no entendemos ciertas reacciones físicas y tampoco somos capaces de "parar", de detenernos.

Es algo muy curioso.
Al empezar la práctica meditativa, mucha gente se centra en intentar "dejar la mente en blanco"... que es del todo absurdo y carente de sentido.
También le dan mucha importancia  a la postura que han de adoptar... como si de ello dependiese la meditación.
Y tratan de "torturarse" con el dolor o la incomodidad... piensan que lo están haciendo mal, porque es entonces cuando "sienten su cuerpo"!!!
He puesto este ejemplo de la práctica meditativa, porque es la más real, la más corriente y la más clarificadora: cuando hacemos un espacio para el silencio y la quietud, nuestro cuerpo parece rebelarse. Aparecen dolores o sensaciones en algunas partes del cuerpo de las que nunca antes habíamos "tenido consciencia"... o información...
La consciencia corporal es saber, es conocer, nuestro yo... por dentro y por fuera... es decir, es observar hasta el más ínfimo detalle de nuestro cuerpo... es "estar" con la respiración, con nuestra postura corporal, con nuestra manera de dirigirnos a los que nos rodean.
Antes de meditar, yo propongo:

1º- Preguntarme qué tal me encuentro: si estoy enfadada, o algo molesta, si estoy algo nerviosa... con unos minutos maravillosos de introspección que facilitan muchísimo la consciencia corporal.
2º- Hacer ejercicio físico "de descarga": movimientos rápidos... andar, dar saltitos... lo que sea, pero que sea algo que nos "haga sudar" un poco.

Después de este momento, ya va aflorando la consciencia corporal: generalmente sólo somos conscientes de nuestro cuerpo cuando algo nos duele o nos molesta.
He utilizado la meditación como algo donde se observa, muy directamente, el distanciamiento que tenemos con  nuestro cuerpo... pero que duda cabe, que no hace falta meditar para llegar a esta conclusión.
Hay "ejercicios" muy simples que nos devuelven la consciencia corporal dormida: al caminar "observar", sentir nuestros pies... si apoyamos más el talón, si tratamos de encoger los dedos, si nuestra espalda está recta o algo curvada, si movemos la cadera, etc, etc.......
Y ya para finalizar un último dato: nuestros abuelos, nuestros antepasados, estaban más en contacto... sentían más fácilmente... estaban más abiertos a la consciencia corporal...
Sencillamente, vivían más acorde con la naturaleza y sabían que el cuerpo es un templo, que nos muestra fielmente nuestro interior.
No hay que retroceder.
No hay que añorar lo que fue.
Simplemente, hay que pararse, detenerse y contemplar con amor nuestras manos, nuestros pies, nuestros dedos, etc........ y llevar la consciencia, el ahora, a todo nuestro ser físico.
Sí, parece una tontería, pero realmente nunca lo hacemos, excepto cuando hay una enfermedad o dolor.
Bueno, rectifico: lo hacíamos cuando eramos niños... que pronto lo hemos olvidado!!!!!!!!!... por eso, no hay nada más divertido que  llevar nuestra consciencia al cuerpo, a través de divertidos y sencillos ejercicios... nunca es tarde!!!

                 Ánimo, que "mañana", bien puede ser "hoy"!!!!!!!!!!!

                  Elena Novo López

6 comentarios:

  1. SOY CONSCIENTE.
    SOY CORPORAL.
    SOY LO MEJOR QUE PUEDO SER.
    Y CUANTO ME SIENTO ASÍ, NO ES PRECISAMENTE A TRAVÉS DEL DOLOR.
    BUENA OCASIÓN PARA PONERSE AL DÍA CON NUESTRO INTERIOR.
    MUY BUEN ARTÍCULO, ELENA.

    ResponderEliminar
  2. Bien Elena.
    En tus mundos de yupi estas de maravilla.
    De verdad que no entiendo como hay gente que puede perder el tiempo en estas cosas: si no eres consciente de tu cuerpo asi porque si. ¿De que vas a ser consciente?

    ResponderEliminar
  3. Teresa: cada un@ puede estar en los "mundos" que le apetezcan, ¿no te parece?
    Yo creo que estas un poco confundida con la consciencia.
    Puede que debas leer ese artículo con otros ojos.

    ResponderEliminar
  4. Hablan y hablan y no paran de hablar, son solo palabras se las lleva el viento, dicen y dicen y no paran de decir ,y se emborrachan con tertulias huecas, palabras vacías y más palabras, deja ya de hablar empieza la huerta ,y nos ponemos a labrar y a desnudar la tierra, que está desesperada por recibir tus caricias, aliento y alimento ,siembra, agua, calor, cimientos y amor , y solidaridad , que cada día hay una nueva vivencia salga o no salga el sol .No oyen no escuchan no ponen atención, ni caso a nada que no sea o no se haga de su religión, escriben muy largos discursos, y dictan redundantes dictados, repetirán preludios y prólogos que ya están del todo caducados, y se aplauden y se entretienen, mientras la mayoría del mundo cae en un abismo profundo .

    ResponderEliminar
  5. Si. Verdad verdadera.
    La astucia del que no tiene astucia, es la paciencia: proverbio árabe.

    ResponderEliminar
  6. Me lleno con todo.
    Me vacio con nada.
    En medio mis manos, mis pies.
    Muevo mi cuerpo.
    Consciencia universal.

    ResponderEliminar