Siempre que pretendemos construir una edificación, necesitamos empezar por los cimientos si queremos que el resultado perdure y sea compacto. Sólido y estable.
No obstante, no debemos olvidar que necesitamos un proyecto previo que nos garantice que todo va a seguir el proceso adecuado sin descuidar ninguna fase de la obra.
Pero esto pasa a un segundo plano cuando nuestro objetivo es aún más amplio y pretende llegar todavía más lejos aún: llegar a TRANSFORMAR.
El hombre debe ser un ser de transformación y no de adaptación. Debe realizar el proyecto de si mismo, con buenos cimientos para lograr los resultados que espera conseguir en su vida. Ya que, es su VIDA.
La adaptación equivale a la “castración intelectual”. La transformación esta a la altura de la creación y crear (y transformar) nos hacer VIVIR PLENAMENTE.
Eliminemos las respuestas circulares. El todo vale. Reorientemos nuestras acciones, forzándolas a ser consecuentes con nuestros valores más profundos.
Dejemos de susurrar demandas y empecemos a exigir y exigirnos, resultados. Exigir dentro de la nobleza más pura para crear una sociedad mejor.
Una sociedad en la que tanto tú como yo, tengamos un sitio y un sentido en que, simplemente.... VIVIR.
Roberto Carlos Sande Barcia.
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